domingo, 29 de abril de 2007

Los Petroglifos de Las Pintadas - Bayardo Gámez - 1999

Los Petroglifos de Las Pintadas
—Bayardo Gámez—
Texto y dibujos de Bayardo Gámez- Vicepresidente del Centro de Investigación y Comunicación Sociales- Estelí.
El Valle de Michigüiste fue un territorio amplio, fongoso, de sonsocuite, en las formaciones de la época terciaria. En 1974, se encontraron restos fósiles de grandes mamíferos, precisamente en el barrio Juno Rodríguez del casco urbano de Estelí.
Cercano a este valle, a 4 km. al oeste se ubica la montaña de Guasgualí y el sitio conocido popularmente como "Las Pintadas" rodeado de la base de sus cerros por la quebrada que lleva el mismo nombre. Se ha considerado este sitio como antiguo asentamiento aborigen, por la gran cantidad de petroglifos encontrados, varios de ellos con una orientación Este.
Se puede deducir que estos pobladores extendieron sus dominios hasta la orilla Este y Oeste del Río Estelí conocido antiguamente como "Venecia", donde se encontraron restos culturales como metales, vidrio volcánico, soportes y fragmentos de cerámica naranja muy característica de la región norte de Nicaragua. Los restos encontrados en el barrio El Calvario y otros, cuando se hicieron excavaciones para pozos y letrinas son: soportes de platos trípodes con figuras zoomorfas.
Los petroglifos de "Las Pintadas" han sido motivo de estudio por diversos indigenistas y antropólogos como el Dr. Alejandro Dávila Bolaños (2), Hno. Hidelberto María (3) y el francés Rafael Girard (4); donde se hace alusión a la cantidad de petroglifos observados, se ubicación, posible interpretación gráfica y simbólica.
Según la interpretación lingüística de Dávila Bolaños, basado en las toponimias indígenas del departamento de Estelí, encuentra nombres representativos, herencia de tres corrientes lingüísticas y culturales como de origen Matagalpas: Cutucayán, Guasgualí, Apaguají, Yarculí, Moropotente; Sumos: Yucusama, Isiquí; Nahuas: Cacalá, Tomabú, Cuanjiniquil, Colocondo, Zacualpa, Guasuyuca, transmitiendo una visión de confluencias de vertientes culturales aborígenes.
Estos petroglifos están emparentados estilísticamente con los de "La Sirena" y "Posa la Bruja" de San Juan de Limay, "Las Animas" de la Trinidad, "Chagüitillo" y "Bocana de Paiwas" en Matagalpa e Isla de Zapatera, presentando semejanzas de formas, tipo, anchura de grabado, y figuras representadas.
Estos grabados fueron realizados sobre rocas de consistencia dura basáltica y granífica, sueltas y con tamaño, dimensiones y peso diversas. En su elaboración usaron cinceles de piedra dura granítica, pedernal o andecito en un proceso de largo tiempo, utilizando varios días en algunos y varias semanas en otros casos. En sus inicios posiblemente hicieron un esquema con piedra calcárea sobre la roca. El surco lineal con una anchura variable entre 0.5 cm. y 2.5 cm., la profundidad entre 1cm y 1.5cm.
Los estudios de Hidelberto María ubica la realización de los petroglifos en una cronología de tres períodos:
* Arcaicos- Los ejecutados antes del viejo Imperio Maya (Siglo I A.C.)
* Primitivos- Los esculpidos entre el viejo Imperio y el nuevo Imperio Maya (Siglo I al X D.C.)
* Recientes- Los grabados del Siglo X al XV D.C.)
Las figuras que realizaban el artista aborigen estaban en relación y transformación de su entorno natural, medio de subsistencia, alimentación, cacería, familia, relación social y jerarquía (atuendos en la cabeza) y figuras metamorfosiadas entre lo figurativo y la abstracción, que considero están en relación a su cosmovisión y pensamiento mítico, donde se entrelazan lo antropomorfo, lo zoomorfo y lo geométrico abstracto; se han encontrado grabados que según el Dr. Alejandro Dávila Bolaños (5) interpretaba como de una simbología solar o en relación a los cuatro puntos cardinales.
Qué podemos distinguir en estas figuras?
Podemos ver diferentes figuras y temas.
a) Figuras antropomorfas
Rostros o máscaras con atuendo en la cabeza. Cuerpos con trajes o atuendos míticos. Estilizaciones de figuras humanas.
Posible figura femenina acompañada de un infante.
b) Figuras zoomorfas
- Animales celestes y terrestres: pavón, ardillas, venado, ocelote o gato de monte, simio y culebra.
c) Figura fitoforme
- Según el estudio de Hidelberto María se trata de un ejemplar único en toda Centro América.
Desgraciadamente este ejemplar se perdió enterrado por la construcción de la carretera Estelí- El Sauce, quedando sólo fotografías.
e) Simbiosis figurativo abstracto y mítico. Personaje metamorfosiado antro-zoomorfo.
-Cabeza de serpiente emplumada.
Varios petroglifos podrían tener una relación de representación mítica, símbolos ritualísticos propiciatorios de elementos naturales y culturales: lluvia, sol, viento, trueno, agua fertilidad, puntos cardinales, la influencia y poder de algunos animales o naguales acompañantes, revestidos de símbolos totémicos.
En 1923 motivados por las celebraciones del centenario del traslado de los pobladores mestizos y criollos de Villa Vieja de Pavia al Valle de Michigüiste, con ordenanza del alcalde municipal, son trasladados en carretas tiradas por bueyes, varios de los petroglifos de las pintadas hacia el parque Blanca (hoy "16 de Julio") de Estelí, donde permanecieron por muchos años y en 1991 fueron trasladados al costado norte del Centro Recreativo "Las Segovias", donde soporta la intemperie: sol, lluvia, erosión, grasa, pintas electoreras y orines de transeúntes y parroquianos amanesqueros que salen de fiestas y centros nocturnos.
Esta reubicación de los petroglifos conllevó más deterioro y subvaloración de los mismos, puesto que esa última movilización ocasionó la destrucción de una de las piedras al zafarse de la grúa y se partió en tres pedazos (6). Hasta la fecha la piedra fue restaurada con el apoyo del Patrimonio Cultural, pero el resto continúa en iguales condiciones y corren el riesgo de continuar deteriorándose.
Es preocupación de los especialistas y parte de la ciudadanía, buscar un techo, un espacio adecuado para la preservación y conservación de este patrimonio arqueológico que pertenece a todos los estelianos sin distingo político ni partidario.
Por tanto, instituciones, organismos y pueblo en general deben apoyar las gestiones que se realicen en pro de la construcción del Museo Histórico y Arqueológico de Estelí. Será de utilidad para la investigación de estudiantes, docentes y ciudadanía. De esta manera se fortalece nuestra identidad cultural, nos convertimos en fuente de la memoria colectiva, y herencia para las generaciones presentes y futuras.
Notas.-
1-2 Alejandro Dávila Bolaños-Sinopsis Histórica de Estelí en "Nicaragua Prehispánica". Centro Nacional de la Medicina Tradicional. Estelí, 1990.
3) Hno. Hidelberto María "Estas piedras hablan". Editorial Hospicio, León, Nicaragua 1965-4) Rafael Girard- Grabados rupestres de Nicaragua en "Historia de las civilizaciones antiguas de América". Tomo II ediciones Istmo. Madrid España 1976-5).
Dávila Bolaños-Entrevista personal realizada por Bayardo Gámez. Estelí, 1974.
6) Silvia Carolina Acuña- "El caso de las piedras pintadas de Estelí". Tesis de licenciatura. Facultad de Humanidades UCA. Diciembre 1995.
http://archivo.elnuevodiario.com.ni/1999/noviembre/27-noviembre-1999/cultural/cultural7.html

Insólita expo sobre la MADRE en CODICE - 2001

Insólita expo sobre la MADRE en CODICE
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25 autores con 53 obras todas expresando un punto de vista diferente con técnicas, manifestaciones y formatos diferentes se exponen hoy 31 de mayo en Galería Códice. Se trata de la exposición de autores y obras frescas que a la par de figuras conocidas en el mundo de la plástica como Carlos Montenegro, Julie Aguirre, David Ocón, Bayardo Gámez, Rafael Castellón, quienes entre otros, exponen hoy junto a un grupo emergente y experimental, con un tema único, el de la madre, logrando un amplísimo e impresionante panorama sobre la Madre, nunca antes visto en la reciente historia de la plástica nicaragüense.
Un homenaje sincero, porque expresa diversas maneras de ver el tema de la madre, y que nada que ver con la propaganda publicitaria de los primeros y casi únicos que «enaltecen» el nombre de la madre en nuestra sociedad, obligando a todo un sentimiento alrededor de una efeméride, que levanta de forma increíble, antes de la navidad, los bajones de venta en este depresivo país. Esto es lo que en este año tendremos la oportunidad de ver en una exposición de plástica joven.
Algo contrario a este sentimiento de venta es lo que se propone en esta exposición, en el sentido de que las obras tratan o abordan el tema de la madre o la maternidad desde un sentimiento amplio, abierto y sincero. Hecho último que no le quita a esta exposición la posibilidad de adquisición que tienen las obras que se exponen en una galería. Todo en la segunda exposición de un grupo en su mayoría principiantes, que por el mes de febrero expuso este año en una exposición llamada «Cadáveres exquisitos». Estos los que ahora exponen son:
Elin Tatiana Arias, quién en sus óleos: «Agua, tierra y madre», expresa con armonía de colores y aplicando las relaciones de temperatura de color, la unión entre la tierra y el agua. Elin pinta personajes que son paisajes y paisajes que son personajes resaltando la idea del génesis y madre naturaleza.
Gloria Bacon por otra parte, incursiona con temas anecdóticos y lúdicos, presentando diferentes versiones no literales del concepto madre-hijo. En su «yo amo a mi mamá», óleo con collage de tierra, incorpora un fotocollage de una madre africana y su hijo, totalmente enternecedora, a la par de las letras de niño de una cartilla infantil. Así en un complejo abstracto hace la relación visual de una vagina con el principio de los tiempos representado por un túnel. Así como en «Tengo una vaca lechera «, presenta una imagen surreal, al concentrarse en la pintura de una teta de una mujer que gotea leche en un frío balde, dando una connotación surrealista.
Daysi Benavides, con su «Madre adolescente», «Maternidad» y «Madre soltera», juega con armonías cromáticas sobre figuras distorsionadas anatómicamente para explotar la realidad de la situación de la madre nicaragüense, en una descripción espontánea y casi ingenua de las figuras. En formatos inusuales logra una intensa poesía en su propuesta plástica.
Zaida Benavides, por el caso juega con el choque de lo grotesco de las figuras y el efecto que estas producen en la mente de las personas. Su obra «Bailarina», explica un mundo sórdido e incomprensible. El de los personajes, indigentes del alma, que pueblan los circos, en el escenario de un mundo surreal.
Rafael Castellón, artista invitado a la exposición, aborda temas de mujeres, relacionadas indirectamente con la maternidad, más no por ello sin el poder de la obra plástica a la que nos tiene acostumbrado. Figuras azules surgen de un mundo de sueño para explicar la entereza que hacia delante empuja la entereza y valor de la madre en sus inicios de vida al borde del camino.
Carlos Chicas, realiza una presentación donde combina formas abstractas se diría de referencia oriental, donde revela él la gran importancia que le otorga a los factores composicionales. Sus obras son alegóricas y simbólicas sin abandonar dentro de su propuesta abstracta las referencias a figuras como flores, mujer que abraza, madre e hijo.
Cela Ma. Conrado, tiene por su lado una propuesta colorística, planos dinámicos de colores altamente saturados donde juega el contraste armónico de complementarios o adyacentes, para enseñar en una obra titulada «Juegos de vida», una figura feliz de una mujer negra con su hijo en brazos. Julie Aguirre, artista invitada, enseña de la amplia y prestigiada pintura primitivista sus conocidos y únicos rostros de mujeres. Puede que su tema «Madre e hijas», sea la clásica imagen de una madre llena de sus hijas, donde brilla por su ausencia la imagen del padre. Sin embargo estas figuras de su cuadro no hablan de tribulación sino de triunfo de estabilidad de tranquilidad.
Bayardo Gámez, artista invitado nos presenta la imagen de la mujer embarazada, probablente abandonada, en «Esperando». En «Reunión familiar», es probable que la situación de la madre en escenas cotidianas, toque puntos no comentados. Hay un ambiente tenso, tirante, de discusión, como suele darse en el seno de algunas familias, y la madre está presente.
Celeste González, artista invitada, quién ha presentado una línea no tradicional en sus trabajos de fotografía. Esta vez recrea partiendo de las imágenes que su cámara recoge en los barrios, en las fiestas populares, en los detalles de la arquitectura tradicional nicaragüense, interviniéndola con acuarela y otras técnicas, para sacarnos trabajos fuera de lo común como las que ahora presenta: «Madres (almas sucias)» y «La madre del baile».
Heidi Grenda, con varias exposiciones personales, en esta exposición trae otra visión de la maternidad. Ella explora y explota el mundo microscópico. Células en progresión, formaciones, transformaciones se revelan en formas indefinidas a la vez que expresivas, desde lo profundo de la matriz. Su obra denominada «Matriz», enseña el génesis de célaulas en el interior de la madre de los primeros minutos de su nuevo quehacer.
Wendy Herrero Toledo, por su parte enseña el vínculo maternal en la estrecha relación entre el ser humano y la naturaleza que la origina. Hay un lugar, una especie de punto en su obra, donde el ser humano mujer da origen, ella misma convertida en maleza, a la naturaleza. «Madre naturaleza», su obra explícita el origen y el retorno del ser al sitio o paraíso que le da origen.
Ricardo Huezo en su «El mundo de Mara I», «El mundo de Mara II», crea el ambiente mágico de un ser, una sala , un dormitorio, lleno de frutas extrañas como chirioyas, ayotes en un ambiente sorpresivo. La madre no está en esos ambientes. Si está la creación de maravilloso que produce el encuentro fortuito de dos objetos no relacionados. Rossana Lacayo, reconocida fotógrafa se presenta aquí también como pintora al presentar en su óleo sobre tela «Madre e hijo», algo insólito la visión de dos árboles que son al parecer lo que la frase dice: madre e hijo, en una propuesta prácticamente realista. En la parte fotográfica Rossana presenta una de las imágenes más sugerentes de la exposición al presentarnos en un tríptico el retrato directo de una madre adolescente huele pega con su hijo en gestación y con ella, el rostro niño de la cruda realidad nicaragüense. Alicia López Morales plantea ideas a partir de dibujos famosos de la gestación. Por ejemplo uno de los que hiciera como estudio Leonardo Da Vinci. Al mismo le agrega semillas de frijoles para establecer una relación formal que unifica su obra entre un feto-semilla y una semilla que germina. La obra tiene una connotación hacia la venta y compraventa de niños en esta sociedad de tercer milenio.
En otra de sus obras «Traje de ocasión», ofrece una desinhida relación del período de embarazo con el simple y sencillo traje cotidiano, en un excelente desenlace formal con collage incluido, donde también aparece una percha. La idea es un juego formal que expresa una simple realidad, el embarazo y su apariencia no deja de ser un traje de ocasión que se una solo durante algunos meses.
Carlos Martínez Solano, realiza en «El quinto elemento» una interesante obra de intenso cromatismo. Armonía de colores complementarios expresan la idea de la madre tierra ancestral en un paisaje total del mundo donde aparecen los cinco elementos filosofales. Por otro lado en el «Rincón de los recuerdos», juega con la sutilidad de la tela de un vestido de una madre con un recipiente en el corazón donde está encendida una vela. La obra trasciende lo pictórico hacia el ensamblage, en un conciente juego experimental.
Tania Matus, en uno de sus trabajos iniciales en gama de verde y contraste de planos y líneas, presenta la idea del llanto y sufrimiento de la mujer que no puede parir. Su lenguaje es simbólico, ojos, cuerpos, lágrimas, más su propuesta cromática es viable y consecuente con el tema. Su propuesta dentro de la exposición es otra cara de la variedad tanto en lo formal como en el contenido.
Mauricio Mejía es otro de los artistas invitados y de trayectoria. Su trabajo se basa como es muy común en él, en el dibujo. Un dibujo muy elaborado y con gran fuerza compositiva donde plantea la transfiguración y transformación de formas abstractas ligadas al automatismo surrealista, que enmarcan una forma en concreto como en «Huevo». Pero también trabaja el color y el collage como en «Eclosión», donde trabaja el microscópico mundo de los primeros momentos del nacimiento del ser.
Carlos Montenegro, artista permanente de las madres, las abuelas, la mujer nicaragüense trae desde nuestros más comunes rincones de la nicaraguanidad, trabajos como el que expone: «Lavanderas en La Virgen». Artista invitado a la exposición, trae su intrincada plumilla esta vez aplicando amplias relaciones cromáticas que lo revelan de forma reiterada como un gran colorista.
David Ocón, realiza en su «Madre en tu día», un homenaje a la madre actual citando las ideas y formas ancestrales, como la que da con la «Coatlicue», la madre tierra de los aztecas. En ese mismo campo de composición trata y explica frases relacionadas con la madre. En otra de sus obras «Misterios Dolorosos», realiza una clara relación entre el goce sexual y el posteriormente doloroso parto. Al mismo tiempo juega y expresa literalmente lo cursi de las tarjetas almohadilladas y de los queques de color rodamina tan cursimente acostumbrados en tan magno día.
Guiselle Praslin, aborda su obra «Esperando», la ilusión, el sueño que depara un mundo futuro prometedor. Flores, mesas, ambiente de hogar, clima, paisaje, ambiente de un clima de ensueño, se introducen en el secreto pensamiento de una mujer que espera. Cercana a esta propuesta está su otra obra: «Calas». En ambas texturas y colores armónicos cumplen lo necesario para darle unidad a la obra.
Augusto Silva, complementa y aporta una serie de ideas acerca de la nicaraguanidad, porque en su inconfundible manera de hacer arte, revela en su forma y contenido la mujer del caribe nicaragüense, esta vez en obras deliberadamente dirigidas al tema maternal: «La partera» y «El embrión». Silva expresa con valores de clara africanidad por la forma y el color, una de las caras de la mujer nicaragüense explicando parte de la amplia diversidad de esta exposición. Ma. Berta Somarriba, nos presenta un trabajo de un alto muy buen gusto y composición, al óleo dentro de su preferida gama de azules, pero haciendo una reflexión de su propio ser como mujer y madre de tres hijos, y de los altibajos y contrastes de su personalidad y sus altibajos en su relación con el mundo. Pero su no menos fabulosa «Desorden infantil en el aula de mamá», una instalación de pequeñas sillitas de madera policromadas, logra los mejores efectos. La idea parte del ambiente del trabajo de su mamá: una maestra de escuela.
Jeannine Torres, en «Recuerdos (El circo)», pone una fotografía original de ella niña con su madre, visitando un circo en la época de infancia en un juego de ocres. Así mismo interpreta en «Sueño de vida», gotas que caen llenas de vidas de nuevos bebés, un punto de vista personal que explica el nacimiento y la creación del mundo. Juana Vargas, autora invitada, tiene una visión donde predomina la expresión del interior de su ser. Con una visión ingenua saca y enseña un mundo mágico donde la madre de los espíritus habitan las aguas. O bien, gritos de madres indígenas y antiguos se hacen llegar a nuestro mundo presente amenazado por la globalización. O el simple rostro de una mujer que alude a la madre:.
«MAMA, MAMA exposición» el acercamiento al fenómeno del arte aparece desde diferentes puntos de las categorías estéticas. No solo desde el punto de vista de la belleza, sino desde la categoría de lo sublime, lo trágico, lo feo, además de lo bello, no de la madre en sí sino de la vida, sencillamente porque el mundo es así. Y el mundo es la madre. Principalmente la madre. Eslabón clave que no sólo permite la continuidad de la especie humana, sino que expresa de ella, en su persona, sus valores más grandes. La exposición se inaugura por una semana hoy día 31 de mayo del 2001 en Galería Códice.
http://archivo.elnuevodiario.com.ni/2001/junio/01-junio-2001/variedades/variedades4.html

El andar de la Plástica Nicaragüense - Porfirio García Romano

El andar de la Plástica Nicaragüense
Neovanguardismo en la década de los años setenta
—Porfirio García Romano—Managua

Alejandro Aróstegui. "Naturaleza Muerta y Paisaje" 1979. Técnica Mixta/Madera. 180x 160 cm. Col. Kity Meyer. EUA. (1)
En la década de los años setenta el andar de la plástica nicaraguense tuvo en la manifestación pictórica varios derroteros, pero todos como consecuencia de las tendencias de vanguardia que imperaron en Europa en la primera mitad del siglo XX. El espíritu de vanguardia, doctrina artística de tendencia renovadora, que reaccionó contra lo tradicional, amparó el auge que adquirió la pintura primitivista en la Nicaragua de los setenta. Y fue medio de formas para las expresiones coterráneas del realismo social, el indigenismo y colonia en la búsqueda de un arte de identidad. Aunque también sirvió de lenguaje dentro del puro lirismo de la plástica pictórica. Los diferentes caminos de la pintura de la década de los años setenta no pueden omitir en sus orígenes esta referencia vanguardista definitivamente reconvertida y sistematizada para su enseñanza por Rodrigo Peñalba a partir de 1948, en una escuela de características modernas. En principio se puede citar la corriente expresionista, incluyendo ciertas tendencias hacia el expresionismo sensual. Corriente que tuvo mucha aceptación y despliegue en los años setenta, probablemente por el tipo de enseñanza de Peñalba, que enfocado hacia el aprendizaje de técnicas y la experimentación dio mucha libertad hacia la pintura instintiva sobre la otra de contenidos mas profundos e intelectuales. Sin embargo la manifestación tardía de esta tendencia tuvo sus particularidades. El reconocimiento de esta forma plástica llevó en sí, una alta dosis de eclecticismo, que entre otros reconoció la asimilación de otras tendencias de vanguardia como el cubismo o el futurismo . Tal fue el caso de la propuesta pictórica de Rodrigo Peñalba. A mediados de los setenta Rodrigo Peñalba, es uno o más de los integrantes de la plástica nacional, que retomando formas plásticas de reconocimiento universal cultivó formas figurativas, utópicas o fantásticas, o bien, formas abstractas como es el caso de otros exponentes, llenas de una gran carga lírica. Peñalba dentro de su variada propuesta pictórica no omitía formas tradicionales, sobre todo en el arte del retrato, realizó a mediados de los setenta obras con gran énfasis en los aspectos del color y la textura. En la creación de sus figuras distorsionadas en relación a la natural anatomía del cuerpo humano “Rostro de Mujer”, (1970), “Mujer frente al Espejo”, (1972), exterioriza un fuerte contenido neovanguardista dentro del expresionismo. Destacando, sin olvidarse de su propuesta de búsqueda nacionalista, el aspecto congruente con el físico de la mujer indígena. La labor creativa de Peñalba, no puede considerarse sim embargo simplemente tardía, hay en ella una conciencia tendiente al revival y al eclecticismo según los fines que se proponía. Estas tendencias del maestro, mismas que también enseñaba bajo criterios de amplia escogencia, relacionaron la práctica artística con la conciencia
Humana del nicaraguense de la época no cayendo en un simple aplique entre tendencia de vanguardia y realidad nacional, sino en el aprovechamiento de una nueva orientación hacia la o definitivamente poético. Mucho del arte de Peñalba y sus discípulos conectaba con la psicología y la sociología, llegando en algunos casos abandonar temas de la realidad social o histórica cultural sin perder su esencia lírica. El ejemplo máximo del expresionismo sensual, de un discípulo perteneciente a la escuela de Peñalba es Omar D’León (1929) quién dentro de lo puramente poético desarrolla el gusto por una pintura donde lo principal, a pesar de su figurativismo, son sus valores plásticos: plano, color, línea y volumen. En su serie de “Frutas mutantes”(1976 a 1977) desarrolla formas fantásticas haciendo énfasis a la sensualidad de la superficie de los cuerpos y su cosmogonidad. Mujeres y parejas entrelazadas sin abandonar lo primigenio y el erotismo es lo que plantea Genaro Lugo, con sus personajes casi grotescos de formas efusivas, (Rito erótico) que no desprende sus vínculos precolombinos. Mujeres como construidas dentro de una vasija o parejas entrelazadas con pies manos o cabezas exageradas en procesos de abstracción hacia su elemento más sintético. Partiendo de la síntesis de formas y figuras, llega a sus propuestas abstractas cargados de simbolismo y de referencias zoomorfas y cosmogónicas, cuando a mediados de los setenta aborda sus series de buhos, y lunas, y ventanas. Intrincadas figuras formadas por planos y líneas, construidas en ocres por una gran abundancia de texturas. El caso de Leonel Vanegas va más allá, partiendo del tratamiento de la superficie en la pintura matérica y procedimientos del dibujo automatista surrealista, introduce a mediados de los años setenta, propuestas abstractas con características orgánicas. Juegos de planos amorfos cargados de textura táctil, a veces de arena, que partiendo del accidente pictórico se vinculan a lo telúrico y volcánico, haciendo señas inmediatas al paisaje nacional. Un desprecio a la alusión de figuras como las que también practicaba Efrén Medina a mediados de esta misma década, heredando lo monocromático de baja tonalidad de los Praxis, e insistiendo sobre toros, lunas, rostros o torsos, es el caso único de Rolando Castellón, quien con sus folds (1974-1978) especies de figuras pintadas a manera de ensambles definen con dobleces y resalte de la textura de superficies una propuesta de abstracción geométrica, de marcada originalidad. Muy diferente pero con pretensiones universales es la propuesta de Bernard Dreyfus, quién parte para la creación de figuras de insinuaciones genéticas, de un aparente gestualismo, definiendo especies de figuras humanas como escritura caligráfica del inconsciente. Figuras que asocian un ser universal humano con formas mecánicas.
A principios de los setenta, Armando Morales (1927), ya había agotado sus últimos años en la búsqueda de formas dentro de contenidos puramente abstractos y había vuelto a la figuración. Un figuraritivismo irreal, empleando paisajes urbanos, mujeres como maniquíes , objetos descritos y dispuestos en un tono inquietante y con un recurso de luz tamizada y enfebrecida, acompañada de un mundo personal donde abundan sin anécdotas referencias nostálgicas de su ciudad natal, Granada, o intereses meramente poéticos resaltando la carnalidad de las frutas la austeridad y composición del modelo clásico y la naturaleza muerta vista desde una óptica contemporánea. Fácil es aludir sin premeditación las realizaciones de la pintura metafísica o tachar el arte de Armando Morales de surrealista, cuando en realidad la pintura del nicaraguense esta en otro contexto y va mas allá trascendiendo la pintura de un Georgio De Ghirico (1888-1978), o de un Hans Bellmer, cayendo en hechos meramente plásticos. Cada en su mundo y cada quien en su lugar, también se ha querido implicar a otro artista que se proyecta en los años setenta, el esteliano Bayardo Gámez (1951) con el surrealismo. Gámez nos dejó en (Puertas Giratorias, 1979), la publicación de sus dibujos realizados de 1971 a 1978, donde sus figuras parecen surgida de mitologías arcaicas, y ser al mismo tiempo que fantásticos personajes barrocos, formas de escape, fantasías figuradas que se distancian de nuestra vida alienada, producto de un tremendo pathos interior. En principio la pintura en Nicaragua en la década de los años setenta, marcada por las consecuencias del vanguardismo, es también un producto acorde, al día, con algunas de las tendencias existentes en la época en los Estados Unidos. Existe un vínculo al informalismo europeo, a la pintura matérica, al expresionismo abstracto. Pero también con excepción del pop, al neodadaísmo de norteamérica (1960-1971). Es el caso de Alejandro Aróstegui (1935), quién de forma muy particular contribuye durante la época de los setenta, construyendo paisajes utilizando lo habitualmente gastado. La utilización de envases metálicos, objetos de desperdicios, que que reconstruye y manipula con la finalidad de acercar arte y realidad, creando nuevas formas descriptivas. Aróstegui integra el objeto prefabricado de la industria consumista a la obra de arte, aplicando las técnicas de la combinación de materiales (combine-painting) combinación de pinturas y objetos. A veces con fines de denunciar o expresar la circunstancias de la realidad social o a veces por un hecho meramente lírico. Cumpliendo con esto uno de los preceptos de la definición de vanguardia, la vanguardia como autocrítica del arte de la sociedad moderna.
Bibliografía: ------------- Pintura Contemporánea de Nicaragua. Instituto Nacional de Bellas Artes. Catálogo 1981. Gamez, Bayardo. Puertas Giratorias. Dibujos. Ediciones Nacionales. Managua. 1978. Burger Peter. Teoría de la Vanguardia. Ediciones Península. Barcelona. 1987. G. Torres M.D. La Modernidad en la Pintura Nicaraguense. 1948-1990. Colección BANIC. 1989.
Próxima entrega: La década de los años 80 en Nicaragua.
Pie de Foto: Alejandro Aróstegui. “Naturaleza Muerta y Paisaje”. 1979. Técnica Mixta/ Madera. 180x 160 cm. Col. Kity Meyer. EUA. (1).
Nota: En la entrega del número anterior 66/90, se hablo equivocadamente en el título de noventa y no de la década del setenta. Pedimos disculpas a nuestros lectores y coleccionistas por este error involuntario.
http://archivo.elnuevodiario.com.ni/1998/noviembre/08-noviembre-1998/cultural/cultural1.html

El andar de la plástica nicaragüense - Porfirio García Romano

El andar de la Plástica Nicaragüense
La pintura en la década de los años noventa (parte1)
—Porfirio García Romano—Managua
La manifestación pictórica es la más reconocida y abundante de las artes plásticas en la Nicaragua de la década de los noventa. A pesar de no poseer movimientos, sino propuestas de personalidades aisladas, la pintura en esta década, goza de una variedad y abundancia de expresiones con diversos orígenes y contextos.
En la pintura de los noventa existe una íntima relación con la persistencia de sus autores de años anteriores, que inmersos en variadas tendencias hacen propuestas de calidad. En segundo lugar la relación de hechos propios o particulares, que por lo general, definen las características de la pintura en esta década una reunión de propuestas, disímiles y diversas, en las que no predomina la pureza del estilo. Entre otras la tendencia realista, expresionistas, abstraccionista, primitivista, indigenista, del realismo mágico y posmoderno.
REALISMO
Entre las temáticas retomadas en los años noventa están las de expresión realista o naturalista, que vuelven sus ojos al paisaje urbano o rural o al bodegón tradicional. En algunos casos de autores de gran trayectoria y persistencia en el tema como Rubén Cuadra, obsesionado por escenas campestres que no excluyen la figura humana. O escenas urbanas de intención romántica que llegan a retratar incluso a León después de la lluvia. Escenas de paisaje y costumbristas que toman como principal tema escenas con casas rurales o semiurbanas son realizado con alto dominio técnico y conocimiento de la pintura académica por Mauricio Rizo “Paisaje y Costumbrismo”.1997 “Contraluces”1998. O bien Oswaldo Cáceres y Pablo Parajón “Enalteciendo el paisaje” 1993, o Salvador Castillo quienes se refieren al tema. Este último recrea los paisajes urbanos de las ciudades de Managua, Granada y León. 1996.
El realismo se aborda también en diferentes géneros píctóricos como ell bodegón sobresalen los trabajos de Federico Nordlan, Mauricio Rizo, Mario Moya, Carmen Vílchez. En el caso de Federico Nordlan destacan las cualidades hiperrealistas de sus obras: “Bolsas y Naranjas”’1995.
EXPRESIONISMO
La continuidad y no el regreso a la tendencia expresionista, bajo los preceptos de la herencia de una pintura que da valor a la expresión interior, sobresalen en la década de los años noventa, pero explicada desde diferentes puntos de vista. Desde las exposiciones individuales de Fernando Saravia en 1992, en Galería Códice; Róger Pérez de la Rocha, “Retrospectiva” (1994); “Homenaje a mi tierra” (1994) de Arnoldo Guillén; “Cantos de Cifar”, (1997) de Carlos Montenegro; Omar de León, ”Retrospectiva”(1998)en el Teatro Nacional Rubén Darío. Destacan también las exposiciones de Omar de León “Misterios de la creación” (1997) en Galería Códice. Noel Flores en conjunto con Julio Vallejos en Galería Códice(1996), así como “Claroscuro”’ de 1996, o “Amor al óleo” “”Paradisso” (1997) de Ernesto Cuadra en galería “Génesis” o Alfonso Jiménez con su “Serie Urbana”(1995), en Epikentro Gallery y María Gallo, su individual de 1995 en Códice y “Sobrevivientes celestiales” (1999) en la Universidad Centroamericana.
El expresionismo es abordado por diversos autores desde ópticas particulares, entre ellas destacan la pintura de Aparicio Arthola “Fantasía de una sociedad”, 1990; Alfredo Caballero: “El tormento de Cristo”, (1990); Bayardo Gámez: “Encuentro ancestral”(1992); Raúl Quintanilla: “Para Ulises nunca fue tan fácil”(1992), Leonel Cerrato “El camino de nuestro pueblo” (1992) Cecilia Rojas Máscaras(1997) y Víctor Canifrú “Niña del cubo de agua”.1997.
ABSTRACCIONISMO
La continuidad del arte abstracto se da en los noventa Importantes contribuciones al arte abstracto semifigurativo realiza Orlando Sobalvarro, cuya obra es resaltada en 1996 con el lanzamiento de un libro sobre su obra, Retrospectiva de Orlando Sobalvarro, Galería códice 1995. Y antes la exposición de Luis Urbina en 1993. La continuidad de la obra semifigurativa pero de corte geométrico de Leoncio Sáenz “ Casas de la Princesa del dólar”. Colección Banco del Café. Y algunos trabajos como “Composición Metálica” de Ilse Ortíz de Manzanares. 1993
Los estilos vinculados de la abstracción tienen en esta década al mismo tiempo que continuidad un resurgimiento. Los certámenes de 1992 y 1994 destacan las obras de alta abstracción de Bayardo Blandino “Memorial” y “Línea Cinco”. O los premios a Rafael Castellón “Eclipse”’1994 y las exposiciones de este en 1999, en Galería “El Aguila”. Así como las propuestas de Raúl Marín en su individual: “Oleos y veladuras”(1996).
Dentro de las tendencias abstractas vinculada al expresionismo abstracto, utilizando métodos del automatismo surrealista, con cierta recuperación de las figuras, aparece la primera exposición individual en 1996de Denis Nuñez. Y la última denominada “Nuevos territorios”1999. .
PRIMITIVISMO
Dentro de las tendencias estilísticas que mantienen su presencia en la presente década hay algunas con energía propia y otras que entran en un proceso de franca decadencia. La pintura primitivista, por ejemplo, desarrollándose en un contexto muy diferente que el que le dio impulso en la década anterior, adquirió n relación a su auge pasado cierto deterioro y decadencia a pesar de seguir siendo una importante corriente con diversas tendencias y regiones dentro del país.
Uno de los factores que incidió plenamente fue la aparición de mucha oferta de poca calidad, de un grupo considerable de personas que en con objetivos puramente comerciales llenaron el mercado con productos de poco mérito. Otra de las razones fue la falta de un contexto propicio, como el que en años anteriores promovió estos productos a lo interno y externo del país.
Sin embargo y de manera particular se impulsaron algunas actividades como la exposición “15 pintoras primitivistas” en Barcelona y en Gerona(1990). O la realización anual de calendarios ilustrados con reproducciones de pintura primitivista, así como la persistencia de algunas que galerías esencialmente ofrecen estas pinturas de esta tendencia como la Galería “Casa de los Tres Mundos” y Galería “Solentiname”.
Entre las exposiciones individuales de este arte destacan las de Patricia Pavón, Indiana Robleto(1992); Celia Lacayo en 1993, y Leyla María Hernández Argüello(1998) en el Teatro Rubén Darío. Gloria Espinoza de Tercero en Tokio, Japón. O la participación de artistas como Manuel García que durante la década mantienen su obra en auge, Carlos Ortíz “Arbol genealógico de Nicaragua” ganador del X Certamen en 1991. Olga Maradiaga “Gigantona” ganadora del 12 Certamen en de este género en 1993. Thelma Gómez, ganadora en 1993 del Certamen Arboles de Nicaragua de galería “Códice”. Y otras expositoras que participan en exposiciones colectivas como Julie Aguirre “Mujer en la ventana”; Esperanza Espinoza “Niños vendiendo leche”; Yelba Ubau “Pájaro solitario”; Hilda Vogl “El chilamate” Mario Marín “Nicaragua es mi linda tierra”, Juan Ramón Falcón “”El estanque “’1992. Abel Vargas “Selva tropical”; Javier y Edmundo Arburola, quienes entre otros en 1990, participan en la exposición “Nicaraguan Contemporany Art”,exposición itineraria en los E.E UU. Con obras de alta calidad.
INDIGENISMO
Dentro de las tendencias particulares que exploran una de las formas hacia el encuentro de una identidad nacional están las propuestas particulares dentro del vínculo a lo indigenista y lo popular.
En este aspecto uno de las exploraciones más intensas es la de Armando mejía quién gana uno de los certámenes de la década con su obra “América Nuestra”1990-1992. Un registro y libre creación con diversas técnicas de las pinturas de petroglifos. También las obsesiones que sobre las figuras precolombinas de tendencia geométrica tiene Julio Quintero quién en 1995 hace su exposición individual “Reencuentros”. La continuidad formal de la apropiación de los dibujos y pinturas de códices de Leoncio Sáenz. Y la realización de algunos pintores que toman del caudal del misterio precolombino para hacer sus propuestas como Javier Sánchez”Ensoñación”’1999, galería “El aguila”1999.
Vinculadas al indigenismo aparecen las propuestas de Guillermo Rivas Navas, “Mercado de frutas”190 que recrean el tiangue o el indígena idealizado en edulcoradas escenas populares. De igual forma las exageradas muchachas de Sergio Velázquez “Muchacha esteliana”. O la participación de escenas del caribe con referencias a una manera de ser de estilística africana en la obra de Augusto Silva “Garzas pescando”1994. O bien las propuestas libres que sobre el mismo tema realiza Donaldo Aguirre, haciendo énfasis en las voluptuosas formas de la mujer del caribe nicaragüense.
Bibliografía:
1.Nicaraguan Contemporany Art. Frosburg State University Art. Washintong.1991.
2.“Naturaleza 94”. Catálogo. Galería Códice. Noviembre .1994.
3.“Naturaleza 95”. Catálogo. Galería Códice. Junio de 1995.
4.Cuadernos de la Plástica Nicaragüense No 1”. Catálogo. Galería Códice. Dic. 1992.
5.Cuadernos de la Plástica Nicaragüense No 2”. Catálogo. Galería Códice. Dic. 1993.
6.Valle Castillo J. y Torres M. D. “”Sobalvarro” Catálogo. Galería Códice. Dic. 1995.
Próxima entrega: La pintura en la década de los años noventa (parte 2)

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