domingo, 29 de abril de 2007

Insólita expo sobre la MADRE en CODICE - 2001

Insólita expo sobre la MADRE en CODICE
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25 autores con 53 obras todas expresando un punto de vista diferente con técnicas, manifestaciones y formatos diferentes se exponen hoy 31 de mayo en Galería Códice. Se trata de la exposición de autores y obras frescas que a la par de figuras conocidas en el mundo de la plástica como Carlos Montenegro, Julie Aguirre, David Ocón, Bayardo Gámez, Rafael Castellón, quienes entre otros, exponen hoy junto a un grupo emergente y experimental, con un tema único, el de la madre, logrando un amplísimo e impresionante panorama sobre la Madre, nunca antes visto en la reciente historia de la plástica nicaragüense.
Un homenaje sincero, porque expresa diversas maneras de ver el tema de la madre, y que nada que ver con la propaganda publicitaria de los primeros y casi únicos que «enaltecen» el nombre de la madre en nuestra sociedad, obligando a todo un sentimiento alrededor de una efeméride, que levanta de forma increíble, antes de la navidad, los bajones de venta en este depresivo país. Esto es lo que en este año tendremos la oportunidad de ver en una exposición de plástica joven.
Algo contrario a este sentimiento de venta es lo que se propone en esta exposición, en el sentido de que las obras tratan o abordan el tema de la madre o la maternidad desde un sentimiento amplio, abierto y sincero. Hecho último que no le quita a esta exposición la posibilidad de adquisición que tienen las obras que se exponen en una galería. Todo en la segunda exposición de un grupo en su mayoría principiantes, que por el mes de febrero expuso este año en una exposición llamada «Cadáveres exquisitos». Estos los que ahora exponen son:
Elin Tatiana Arias, quién en sus óleos: «Agua, tierra y madre», expresa con armonía de colores y aplicando las relaciones de temperatura de color, la unión entre la tierra y el agua. Elin pinta personajes que son paisajes y paisajes que son personajes resaltando la idea del génesis y madre naturaleza.
Gloria Bacon por otra parte, incursiona con temas anecdóticos y lúdicos, presentando diferentes versiones no literales del concepto madre-hijo. En su «yo amo a mi mamá», óleo con collage de tierra, incorpora un fotocollage de una madre africana y su hijo, totalmente enternecedora, a la par de las letras de niño de una cartilla infantil. Así en un complejo abstracto hace la relación visual de una vagina con el principio de los tiempos representado por un túnel. Así como en «Tengo una vaca lechera «, presenta una imagen surreal, al concentrarse en la pintura de una teta de una mujer que gotea leche en un frío balde, dando una connotación surrealista.
Daysi Benavides, con su «Madre adolescente», «Maternidad» y «Madre soltera», juega con armonías cromáticas sobre figuras distorsionadas anatómicamente para explotar la realidad de la situación de la madre nicaragüense, en una descripción espontánea y casi ingenua de las figuras. En formatos inusuales logra una intensa poesía en su propuesta plástica.
Zaida Benavides, por el caso juega con el choque de lo grotesco de las figuras y el efecto que estas producen en la mente de las personas. Su obra «Bailarina», explica un mundo sórdido e incomprensible. El de los personajes, indigentes del alma, que pueblan los circos, en el escenario de un mundo surreal.
Rafael Castellón, artista invitado a la exposición, aborda temas de mujeres, relacionadas indirectamente con la maternidad, más no por ello sin el poder de la obra plástica a la que nos tiene acostumbrado. Figuras azules surgen de un mundo de sueño para explicar la entereza que hacia delante empuja la entereza y valor de la madre en sus inicios de vida al borde del camino.
Carlos Chicas, realiza una presentación donde combina formas abstractas se diría de referencia oriental, donde revela él la gran importancia que le otorga a los factores composicionales. Sus obras son alegóricas y simbólicas sin abandonar dentro de su propuesta abstracta las referencias a figuras como flores, mujer que abraza, madre e hijo.
Cela Ma. Conrado, tiene por su lado una propuesta colorística, planos dinámicos de colores altamente saturados donde juega el contraste armónico de complementarios o adyacentes, para enseñar en una obra titulada «Juegos de vida», una figura feliz de una mujer negra con su hijo en brazos. Julie Aguirre, artista invitada, enseña de la amplia y prestigiada pintura primitivista sus conocidos y únicos rostros de mujeres. Puede que su tema «Madre e hijas», sea la clásica imagen de una madre llena de sus hijas, donde brilla por su ausencia la imagen del padre. Sin embargo estas figuras de su cuadro no hablan de tribulación sino de triunfo de estabilidad de tranquilidad.
Bayardo Gámez, artista invitado nos presenta la imagen de la mujer embarazada, probablente abandonada, en «Esperando». En «Reunión familiar», es probable que la situación de la madre en escenas cotidianas, toque puntos no comentados. Hay un ambiente tenso, tirante, de discusión, como suele darse en el seno de algunas familias, y la madre está presente.
Celeste González, artista invitada, quién ha presentado una línea no tradicional en sus trabajos de fotografía. Esta vez recrea partiendo de las imágenes que su cámara recoge en los barrios, en las fiestas populares, en los detalles de la arquitectura tradicional nicaragüense, interviniéndola con acuarela y otras técnicas, para sacarnos trabajos fuera de lo común como las que ahora presenta: «Madres (almas sucias)» y «La madre del baile».
Heidi Grenda, con varias exposiciones personales, en esta exposición trae otra visión de la maternidad. Ella explora y explota el mundo microscópico. Células en progresión, formaciones, transformaciones se revelan en formas indefinidas a la vez que expresivas, desde lo profundo de la matriz. Su obra denominada «Matriz», enseña el génesis de célaulas en el interior de la madre de los primeros minutos de su nuevo quehacer.
Wendy Herrero Toledo, por su parte enseña el vínculo maternal en la estrecha relación entre el ser humano y la naturaleza que la origina. Hay un lugar, una especie de punto en su obra, donde el ser humano mujer da origen, ella misma convertida en maleza, a la naturaleza. «Madre naturaleza», su obra explícita el origen y el retorno del ser al sitio o paraíso que le da origen.
Ricardo Huezo en su «El mundo de Mara I», «El mundo de Mara II», crea el ambiente mágico de un ser, una sala , un dormitorio, lleno de frutas extrañas como chirioyas, ayotes en un ambiente sorpresivo. La madre no está en esos ambientes. Si está la creación de maravilloso que produce el encuentro fortuito de dos objetos no relacionados. Rossana Lacayo, reconocida fotógrafa se presenta aquí también como pintora al presentar en su óleo sobre tela «Madre e hijo», algo insólito la visión de dos árboles que son al parecer lo que la frase dice: madre e hijo, en una propuesta prácticamente realista. En la parte fotográfica Rossana presenta una de las imágenes más sugerentes de la exposición al presentarnos en un tríptico el retrato directo de una madre adolescente huele pega con su hijo en gestación y con ella, el rostro niño de la cruda realidad nicaragüense. Alicia López Morales plantea ideas a partir de dibujos famosos de la gestación. Por ejemplo uno de los que hiciera como estudio Leonardo Da Vinci. Al mismo le agrega semillas de frijoles para establecer una relación formal que unifica su obra entre un feto-semilla y una semilla que germina. La obra tiene una connotación hacia la venta y compraventa de niños en esta sociedad de tercer milenio.
En otra de sus obras «Traje de ocasión», ofrece una desinhida relación del período de embarazo con el simple y sencillo traje cotidiano, en un excelente desenlace formal con collage incluido, donde también aparece una percha. La idea es un juego formal que expresa una simple realidad, el embarazo y su apariencia no deja de ser un traje de ocasión que se una solo durante algunos meses.
Carlos Martínez Solano, realiza en «El quinto elemento» una interesante obra de intenso cromatismo. Armonía de colores complementarios expresan la idea de la madre tierra ancestral en un paisaje total del mundo donde aparecen los cinco elementos filosofales. Por otro lado en el «Rincón de los recuerdos», juega con la sutilidad de la tela de un vestido de una madre con un recipiente en el corazón donde está encendida una vela. La obra trasciende lo pictórico hacia el ensamblage, en un conciente juego experimental.
Tania Matus, en uno de sus trabajos iniciales en gama de verde y contraste de planos y líneas, presenta la idea del llanto y sufrimiento de la mujer que no puede parir. Su lenguaje es simbólico, ojos, cuerpos, lágrimas, más su propuesta cromática es viable y consecuente con el tema. Su propuesta dentro de la exposición es otra cara de la variedad tanto en lo formal como en el contenido.
Mauricio Mejía es otro de los artistas invitados y de trayectoria. Su trabajo se basa como es muy común en él, en el dibujo. Un dibujo muy elaborado y con gran fuerza compositiva donde plantea la transfiguración y transformación de formas abstractas ligadas al automatismo surrealista, que enmarcan una forma en concreto como en «Huevo». Pero también trabaja el color y el collage como en «Eclosión», donde trabaja el microscópico mundo de los primeros momentos del nacimiento del ser.
Carlos Montenegro, artista permanente de las madres, las abuelas, la mujer nicaragüense trae desde nuestros más comunes rincones de la nicaraguanidad, trabajos como el que expone: «Lavanderas en La Virgen». Artista invitado a la exposición, trae su intrincada plumilla esta vez aplicando amplias relaciones cromáticas que lo revelan de forma reiterada como un gran colorista.
David Ocón, realiza en su «Madre en tu día», un homenaje a la madre actual citando las ideas y formas ancestrales, como la que da con la «Coatlicue», la madre tierra de los aztecas. En ese mismo campo de composición trata y explica frases relacionadas con la madre. En otra de sus obras «Misterios Dolorosos», realiza una clara relación entre el goce sexual y el posteriormente doloroso parto. Al mismo tiempo juega y expresa literalmente lo cursi de las tarjetas almohadilladas y de los queques de color rodamina tan cursimente acostumbrados en tan magno día.
Guiselle Praslin, aborda su obra «Esperando», la ilusión, el sueño que depara un mundo futuro prometedor. Flores, mesas, ambiente de hogar, clima, paisaje, ambiente de un clima de ensueño, se introducen en el secreto pensamiento de una mujer que espera. Cercana a esta propuesta está su otra obra: «Calas». En ambas texturas y colores armónicos cumplen lo necesario para darle unidad a la obra.
Augusto Silva, complementa y aporta una serie de ideas acerca de la nicaraguanidad, porque en su inconfundible manera de hacer arte, revela en su forma y contenido la mujer del caribe nicaragüense, esta vez en obras deliberadamente dirigidas al tema maternal: «La partera» y «El embrión». Silva expresa con valores de clara africanidad por la forma y el color, una de las caras de la mujer nicaragüense explicando parte de la amplia diversidad de esta exposición. Ma. Berta Somarriba, nos presenta un trabajo de un alto muy buen gusto y composición, al óleo dentro de su preferida gama de azules, pero haciendo una reflexión de su propio ser como mujer y madre de tres hijos, y de los altibajos y contrastes de su personalidad y sus altibajos en su relación con el mundo. Pero su no menos fabulosa «Desorden infantil en el aula de mamá», una instalación de pequeñas sillitas de madera policromadas, logra los mejores efectos. La idea parte del ambiente del trabajo de su mamá: una maestra de escuela.
Jeannine Torres, en «Recuerdos (El circo)», pone una fotografía original de ella niña con su madre, visitando un circo en la época de infancia en un juego de ocres. Así mismo interpreta en «Sueño de vida», gotas que caen llenas de vidas de nuevos bebés, un punto de vista personal que explica el nacimiento y la creación del mundo. Juana Vargas, autora invitada, tiene una visión donde predomina la expresión del interior de su ser. Con una visión ingenua saca y enseña un mundo mágico donde la madre de los espíritus habitan las aguas. O bien, gritos de madres indígenas y antiguos se hacen llegar a nuestro mundo presente amenazado por la globalización. O el simple rostro de una mujer que alude a la madre:.
«MAMA, MAMA exposición» el acercamiento al fenómeno del arte aparece desde diferentes puntos de las categorías estéticas. No solo desde el punto de vista de la belleza, sino desde la categoría de lo sublime, lo trágico, lo feo, además de lo bello, no de la madre en sí sino de la vida, sencillamente porque el mundo es así. Y el mundo es la madre. Principalmente la madre. Eslabón clave que no sólo permite la continuidad de la especie humana, sino que expresa de ella, en su persona, sus valores más grandes. La exposición se inaugura por una semana hoy día 31 de mayo del 2001 en Galería Códice.
http://archivo.elnuevodiario.com.ni/2001/junio/01-junio-2001/variedades/variedades4.html

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